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Fajas y cinturones pélvicos pre y post parto

¿Son lo mismo faja abdominal que cinturón pélvico? Sigue leyendo que te lo contamos todo.

NO.
No son lo mismo.
La diferencia es clara: la faja abdominal tiene un uso más estético y el cinturón pélvico más terapéutico.

El postparto, a parte de ser un huracán de emociones y sentimientos encontrados, también es un período de muchos cambios en el cuerpo y de cuidado, muchos cuidados.

En este momento tan delicado existen varias circunstancias especiales en el cuerpo de la mujer.

Existen niveles elevados de hormona relaxina, la misma hormona que ha facilitado que las articulaciones estén más laxas para favorecer el paso del bebé por la pelvis durante el parto. La relaxina seguirá elevada varias semanas después del parto. Tanto en parto vaginal como en cesárea, nuestra pelvis se ensancha, incluso existiendo ligeras separaciones entre huesos y articulaciones (diástasis de pubis).
Y no solo los huesos y articulaciones están más “sueltos”, todos los tejidos y los músculos del suelo pélvico estarán más distendidos y seguramente con menos fuerza, ya que han estado 9 meses soportando un peso extra. Esto también depende mucho del tipo de parto, si ha sido instrumental, con episiotomía, un expulsivo muy prolongado, etc.

A todo esto, hay que unir la distensión también en los músculos del abdomen, lo que se denomina DIÁSTASIS. Al crecer la barriga durante el embarazo los rectos abdominales se van separando.

Con este cóctel de situaciones especiales es FUNDAMENTAL el cuidado durante la cuarentena ya que son los ingredientes mágicos para una disfunción de suelo pélvico: incontinencia urinaria, prolapsos, dolor en las relaciones sexuales, dolor lumbar…

Es fundamental, una vez haya pasado esta cuarentena de mimos y cuidados, acudir a tu matrona para valoración perineal y a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para una valoración completa de éste y que te ayudará para una correcta recuperación.

FAJA ABDOMINAL POSTPARTO

Una vez visto como estamos en el postparto inmediato, lo más fácil y rápido para verte sin tripa y bien “recogida” es el uso de una faja abdominal. Este tipo de fajas puede ofrecernos estabilidad, sobre todo postural, pero un uso prolongado puede resultar perjudicial.

¿Por qué? Sencillo, cuando algo se inmoviliza, se bloquea, tarda muchísimo más en recuperarse que cuando trabajamos de forma directa sobre esa musculatura.

Y esto es lo que ocurre al usar una faja abdominal: SUPLIR el trabajo que deberían realizar los músculos abdominales. Estamos envolviéndolos con algo externo que hace el trabajo por ellos lo cuál puede hacer que se pierda más musculatura aún o provocar hiperpresiones que no le vienen nada bien a nuestro suelo pélvico.

Situaciones especiales en las que Sí se recomienda una faja abdominal:

  • Como ya sabes, es necesario siempre individualizar cada caso, ya que existen excepciones como casos de diástasis graves (aquí estaría indicada una faja de DIASTASIS DE RECTOS ESTRUCTURAL) o de hernias abdominales en los que sí estaría indicado su uso siempre supervisado por profesionales especializados.

CINTURÓN PÉLVICO EN EL POSTPARTO

Este utensilio es una cinta elástica que se puede regular y que se coloca rodeando la pelvis por debajo de las espinas ilíacas (los huesos que sobresalen a los lados de las caderas).

El objetivo del cinturón pélvico es darles estabilidad a esas articulaciones de la pelvis que como hemos visto estaban más “abiertas”. El cinturón pélvico está recomendado tanto en el embarazo como en el postparto y también en otros casos en los que hay riesgo o en los que existe una disfunción del suelo pélvico (prolapsos, incontinencia, después de una cirugía abdominal…), así como en deportes de impacto para proteger su espalda y su suelo pélvico.
Esta estabilidad que nos proporciona el cinturón ayuda a mantener una postura adecuada que es súper beneficiosa para el suelo pélvico.

Es importante diferenciarlo tanto de las fajas abdominales (rodean todo el abdomen), como de los cinturones lumbares (inmovilizan la espalda), ya que estos dos dan solamente un soporte pasivo. Y lo que nos interesa de este cinturón es que su soporte es activo, nos estabiliza, pero además hace trabajar a nuestra musculatura. (Nuestros músculos abdominales, como los rectos y el transverso abdominal son nuestra faja natural, son los que tienen que estar fuertes!!).

La colocación correcta del cinturón pélvico es muy importante. Tiene que colocarse a nivel del sacro por detrás y justo por encima de la sínfisis púbica por delante. No a nivel lumbar o abdominal. No hace falta apretarlo mucho, cada una se lo ajustará para contener, pero no oprimir.

*Palabra de Fisio:

Por mi experiencia en consulta puedo recomendar el uso del Cinturón pélvico durante las primeras semanas de ese postparto inmediato. Ya que estamos proporcionando contención, pero sin oprimir ni suplir la función de vuestra musculatura abdominal.

La primera semana después del parto puedes llevarlo durante todo el día.

La segunda se puede poner en momentos en los que estéis de pie o haciendo tareas (no estando en reposo) Durmiendo y sentada podemos quitarlo, pero siendo en todo momento conscientes de tener una buena postura y activación del abdomen.

La tercera semana ya solo para esfuerzos y desplazamientos más largos.

En la cuarta semana ya puedes ir pidiendo cita para valoración de tu abdomen y suelo pélvico con tu fisio de suelo pélvico de confianza para verte una vez haya finalizado la cuarentena.

¿Y EN EL EMBARAZO SE PUEDE USAR EL CINTURÓN PÉLVICO?

Durante el embarazo es necesario activar y fortalecer tu propia faja muscular, como hacemos durante las clases online de EMBARAZO ACTIVO con el ejercicio “abrazo del bebé”, para no desconectar y mantener activa esa musculatura. El objetivo es conseguir “aguantar” tú misma el peso de la barriga y utilizar los refuerzos de la ropa, como los que traen los pantalones pre-mamá, como apoyo.
En el caso de que la barriga sea muy grande y tenga mucho volumen puede utilizarse durante ciertos períodos de descanso, pero no es recomendable usarlo todo el día.

Sobre todo, está recomendado cuando existe dolor en la parte baja de la espalda o en la sínfisis del pubis o sensación de presión o pesadez en la parte baja de la barriga.

SIII. Además, puede ser un gran aliado en el tercer trimestre. Siempre y cuando existan molestias y un profesional especializado lo haya indicado.

Esperamos que con este post no te quede ninguna duda al respecto y sepas diferenciar bien una faja abdominal de un cinturón pélvico. Y si te queda alguna duda, pregúntanos en comentarios.

Y tú, ¿cómo quieres vivir tu embarazo y postparto?

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